Las estaciones de transición, como el otoño, son traicioneras para tu coche. Aunque las temperaturas parezcan suaves, la humedad, el frío y las lluvias castigan los sistemas mecánicos y eléctricos más de lo que parece. Algunas averías son inevitables por desgaste natural, pero otras pueden anticiparse con un mantenimiento adecuado y una buena revisión tras el verano.

Los amortiguadores son una pieza clave de la seguridad de tu coche, aunque suelen pasar desapercibidos frente a otros elementos como los frenos o los neumáticos.

Cuando hablamos de mantenimiento de un coche, es frecuente pensar que todos los vehículos requieren las mismas atenciones. Sin embargo, entre un motor diésel y uno gasolina existen diferencias significativas que influyen tanto en el tipo de revisiones necesarias como en la frecuencia con la que deben realizarse.

Conducir un vehículo requiere atención, reflejos y capacidad de reacción. Sin embargo, la fatiga al volante es uno de los factores de riesgo más comunes y menos visibles en la carretera. 

El sistema de frenos es uno de los pilares de la seguridad activa de cualquier vehículo. Sin él, sería imposible detener el coche con precisión, controlar la velocidad en descensos o reaccionar ante un imprevisto en la vía.