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Comprar un coche de segunda mano puede ser una excelente opción para ahorrar dinero, pero solo si sabes qué aspectos clave revisar. Los mecánicos tienen un ojo entrenado para detectar
Los mecánicos tienen un ojo entrenado para detectar problemas ocultos que podrían convertirse en costosas reparaciones a futuro. Aquí te contamos las cinco cosas que un mecánico siempre revisaría antes de dar su veredicto sobre un coche de segunda mano.
Uno de los componentes más importantes a verificar es la caja de cambios. Un mecánico experimentado comprobará que cada marcha entre suavemente y sin ruidos extraños. Además, revisará el embrague, asegurándose de que no "patine" y funcione correctamente. Un embrague desgastado puede significar una reparación costosa en el futuro.
El motor es, sin duda, el corazón de cualquier vehículo, por lo que un mecánico prestará especial atención a su estado. Desde arrancar el coche para escuchar posibles ruidos extraños hasta abrir el capó y revisar visualmente cada pieza, nada se deja al azar. También verificará la compresión del motor, una medida clave para saber si los cilindros funcionan de manera óptima. Todo esto permite detectar problemas que a simple vista podrían pasar desapercibidos.
El estado del escape revela mucho sobre la salud del motor. Si sale humo al encender el coche, un mecánico podrá identificar una posible avería según el color del humo. Mientras que un leve humo blanco podría ser inofensivo, un humo gris, azulado o negro indica problemas serios que requieren atención inmediata.
El aceite es otro indicador fundamental del estado del motor y su mantenimiento. Un mecánico comprobará la cantidad, color, viscosidad y olor del aceite, aspectos que ofrecen pistas clave sobre el cuidado que ha recibido el coche y posibles fallos en el motor. Si el aceite muestra signos de deterioro, podría señalar problemas mecánicos que deben abordarse antes de cerrar la compra.
La seguridad es primordial, y los frenos no pueden quedar fuera de la lista. El mecánico inspeccionará los discos y las pastillas para asegurarse de que no estén demasiado desgastados. Además, analizará cómo responde el coche en frenadas bruscas, buscando ruidos o comportamientos inusuales que puedan indicar la necesidad de un reemplazo.
Antes de comprometerte con la compra de un coche de segunda mano, es fundamental llevarlo a un taller para que un mecánico de confianza lo revise a fondo. No importa lo bien que luzca el vehículo por fuera, un diagnóstico profesional puede ahorrarte muchos problemas (y dinero) en el futuro.